El pez betta es el segundo pez mejor vendido a nivel mundial, y su popularidad es superada tan solo por el goldfish o pez dorado. La popularidad del pez betta es referente al macho de esta especie, porque la gente no está pensando ni relacionando este hecho con las hembras cuando hablan de estos temas, y las ventas así lo confirman, con una proporción de 10 a 1 entre el macho y la hembra.
¿A qué se debe la preferencia del betta macho sobre la hembra?
Normalmente cuando una persona va a una tienda a comprar un pez para su acuario, poco le puede importar que el pez sea hembra o macho. Esto ocurre con la mayoría de los peces como los tetras, goldfish, pez ángel, etc., pero cuando se trata de un pez betta, no es lo mismo tener un macho que una hembra, porque el cuidado y la atención que requiere, va a depender del género que se escoja.
Las bettas hembras pueden convivir entre ellas, y pueden estar con otros peces que no sean agresivos en un mismo acuario. Si usted ya tiene un acuario comunitario, solo tiene que asegurarse que las especies de peces que tenga no sean muy agresivas, y podrá colocar ahí a las bettas hembras sin problema alguno. Las bettas hembras pueden comer lo que coman los otros peces y no requerirá de cuidados extras o adicionales por parte nuestra, así que podemos olvidarnos de ellas tan pronto ingresen al acuario.
¿En qué se diferencia el cuidado de un betta macho al de una hembra?
A diferencia de las hembras, los bettas machos no pueden estar juntos, y tampoco pueden estar en un acuario comunitario con otros peces por las siguientes razones:
– Las aletas de los bettas machos son grandes y llamativas, y pueden ser atacadas por otros peces al ser confundido por comida.
– La cola y aletas de los bettas machos pueden ser atacadas inclusive por peces que no son agresivos. Ejemplo de peces no territoriales o agresivos que podrían atacar al betta son: los peces tetras, platys, mollys, espadas o guppys, etc. Estos peces picarían la cola o aletas del betta macho, no porque sean agresivos, sino por curiosidad.
– Las aletas de los machos es un blanco fácil para cualquier pez debido a la lentitud del betta para nadar.
– El acoso constante de los otros peces puede causar stress y temor en el betta, haciendo que permanezca escondido o resguardado en algún rincón del acuario sin posibilidad de alimentarse.
– El estrés y el desgaste ocasionado por la falta de descanso y alimentación lo debilitará, y será solo cuestión de tiempo para que su salud recaiga y se enferme.
El pez betta prefiere estar solo
El pez betta macho no puede estar con otro macho porque se pelearían, no puede estar con ninguna hembra, a menos que sea para aparear, y tan pronto termine el apareamiento la hembra se tendrá que marchar, y finalmente cuando las crías nazcan, abandonarán al macho también tan pronto aprendan a nadar. Como verán, el betta macho está solo casi toda su vida y está acostumbrado a la soledad, porque esa es su naturaleza.
En su hábitat natural, el betta macho se mantiene dentro de su territorio, para pasar la mayor parte de su tiempo merodeando alrededor de su madriguera en busca de alimento, y a la menor señal de peligro se resguardará en su madriguera, para protegerse de las aves y otras criaturas que puedan representar algún tipo de peligro para ellos. El betta macho a pesar de ser muy agresivo con los peces de su misma especie, es en realidad un pez tímido que rara vez se aleja de su territorio para e interactuar con otros peces o seres vivos en su hábitat natural, y normalmente prefieren estar solo, o pasar por desapercibido en el entorno en donde se encuentre.
El Betta macho requiere un acuario para el solo
Teniendo en claro que el betta prefiere y estaría mejor sin tanta compañía, tenemos que prepararle un acuario para el solo. El sitio para acomodar al betta no tendrá que ser muy grande, pero sí lo suficientemente grande para instalarle un filtro de fondo o filtro biológico, y una lámpara con suficiente luz para que pueda tener plantas.
El acuario para el betta no tiene que ser muy costoso o grande como mencionamos, y cualquier pecera o globo de 4 a 8 litros podría servirle bien. Lo único que tendríamos que tener en cuenta a la hora de seleccionar el acuario sería, el espacio disponible para la instalación del filtro biológico, y el sitio o espacio para la colocación de la lámpara.
Las personas con poca experiencia o hobbistas menos experimentados, podrían optar por un acuario un poco más grande al comenzar. En estos casos se recomendaría empezar con un acuario entre 15 y 20 litros, en donde podrán tener más volumen de agua y espacio para más plantas naturales. Las plantas naturales ayudarán a conservar la calidad del agua en el acuario, y el volumen adicional del agua proporcionará un margen extra de seguridad, para compensar los errores que se pueda cometer al principio.
El betta macho requiere más atención por parte de su dueño
A diferencia de las bettas hembras que pueden estar en grupos en la naturaleza, y pueden vivir juntas con otros peces en acuarios comunitarios, el betta macho en la mayoría de los casos está destinado a vivir solo, y la única compañía que tendrá, será la nuestra cuando nos lo llevemos a casa.
El betta macho no interactúa con seres humanos en la naturaleza, pero en nuestros hogares tendrá la oportunidad para adaptarse a la presencia humana, y con el tiempo reconocerá a la persona que lo alimenta y lo acompaña. El betta entenderá eventualmente que su dueño está ahí para cuidar de el, y que no le hará ningún tipo de daño, y a partir de ese momento ya no se comportará como un pez sino una mascota, y como mascota requerirá no tan solo cuidado y alimentación, sino también nuestro afecto y dedicación.
En algunos casos el vínculo que se logra crear entre el betta macho y su dueño, es similar o comparable a los que se ven con los perros, gatos u otras mascotas con su dueño. Las bettas hembras sin embargo, nunca o rara vez interactúan a ese nivel con las personas que los cuida. La apatía de las bettas hembras se puede deber quizás a que ellas están acompañadas por otros peces, y no les haga falta nuestra compañía. Puede ser también que por estar acompañadas, no nos preocupamos tanto por ellas, y nuestra falta de atención sea la causa de su desinterés por nuestra compañía. La verdad es que no sabemos con certeza la razón, pero sabemos que los machos son más apegados a sus dueños.